miércoles, 10 de agosto de 2011

La Secretaría de Cultura de AD y la creación cultural


LA CREACIÓN CULTURAL ES LIBRE  (Art.  98 de la Constitución Nacional)
Prof. Cruz Alvarado 
La cultura vive uno de sus momentos más peculiares. No sólo sobrevive a la profunda depresión social y económica que vive el país, bajo la mirada autoritaria del Ministerio de la Cultura. También proporciona opciones frente al centralismo y la pretendida hegemonía ideológica del gobierno. No quiero decir que los cultores no enfrenten problemas ni que tengan el camino despejado. En medio de las dificultades los creadores que trabajan en Venezuela han logrado permanecer en un medio hostil. Es decir, en una Venezuela azotada por esa cruel desmoralización económica, política y social impulsada desde el Ejecutivo, los artistas han opuesto trabajo y más trabajo. Lo cual, en realidad, habla muy bien del país y de su capacidad para resistir al peor gobierno que hemos padecido desde Guaicaipuro hasta hoy. Constituyen evidencias de las reservas morales y creadoras que tenemos. El régimen podrá retirar subsidios, amenazar a los creadores o perseguir la obra independiente, pero el arte permanece.
La inmensa capacidad destructiva del gobierno es directamente proporcional a su descomunal ineficiencia operativa. Todo lo que toca lo destruye. El caso más patético se halla en la condena—sí, es una condena para castigar a quien no baja la cerviz— del Ateneo de Caracas. El lugar donde Hugo Chávez dio su primer discurso como presidente electo.
La creación cultural es libre. La confiscación, agresiva y apresurada, de las instituciones culturales para el uso del PSUV atenta contra el sentido profundo de esta frase que encabeza la definición de los Derechos Culturales y Educativos del pueblo soberano en nuestra Constitución Nacional.
Desde su nacimiento en 1965, la Casa de la Cultura Carlos Gauna ha sido punto de convergencia, morada protectora y espacio de encuentro de varias generaciones de la Venezuela y Portuguesa creadora. Y a partir de 1965, con el apoyo plural del Estado, el sector privado, los artistas y su público, la institución, comprometida con la construcción de la democracia en Venezuela y en nuestro estado, se convirtió en un modelo de gestión cultural garante de un espacio de libertad e innovación que ninguna otra institución oficial ni las empresas eminentemente lucrativas, por su propia naturaleza, pueden garantizar.
Ese espacio de libertad, imaginación, innovación y servicio público, con un alto reconocimiento regional, nacional e internacional, ha sido sistemáticamente acosado en los últimos años por los factores de poder hasta llegar a la arbitrariedad mayor expresada en el desmantelamiento de su sede de todo lo que se llame creación cultural libre.
No es un acto aislado. Ni casual. La estatización de la sociedad venezolana avanza aceleradamente y en el campo cultural lo hace a través del apartheid ideológico; la concentración en muy pocas manos de la toma de decisiones; formas abiertas o veladas de censura y autocensura; más la sistemática asfixia a los grupos autónomos e independientes recurriendo, entre otros recursos, al condicionamiento de los aportes económicos, a las filiaciones políticas y al desalojo de los espacios públicos que históricamente les fueron entregados en resguardo de acuerdo a lo establecido en la Constitución.
La usurpación de la sede de las instituciones culturales, además de poner en evidencia la deriva antidemocrática del régimen, expresa su ineficiencia: durante la década que ha permanecido en el poder no ha creado para la Acarigua y Araure  –ni para el resto del estado– espacios culturales de referencia, haciendo de las expropiaciones y la ocupación forzosa de espacios levantados con el esfuerzo ajeno el centro de una práctica sistemática que no suma, sino que contribuye al decaimiento progresivo del clima cultural y la convivencia en las ciudades.
Queda claro que el Gobierno Nacional y regional concibe las instituciones culturales no como lugares para la creación en libertad, autónoma e independiente, sino como recursos para la imposición masiva de la ideología del poder.
La creación cultural es libre. Bajo este inquebrantable principio constitucional, las mujeres y los hombres demócratas dedicados a la creación, las ciencias, la actividad académica y todos aquellos que disfrutaron estos espacios culturales como espectadores y usuarios, no podemos permanecer indiferentes frente a los intentos de imposición de un pensamiento único y esta nueva arremetida contra las libertades y los derechos culturales inscritos en la Constitución y en acuerdos internacionales firmados por nuestro país.
Por ello, apoyados en la Constitución Nacional, manifestamos nuestro profundo rechazo a este acto de usurpación a los espacios culturales de nuestro estado, reivindicamos su presencia, y defendemos la continuidad de su histórico aporte a la construcción de una cultura democrática y plural para el pueblo venezolano.
Hoy vemos con estupor como una vez más el gobierno atenta y arremete con violencia contra nuestra primera  institución cultural, que por demás no es cualquiera, es la Casa de la Cultura “Carlos Gauna”, que con sus más de 46 años de fundada (y esto merece un gran respeto) a entregado al pueblo portugueseño y en especial al de Acarigua Araure cultura, arte y espectáculos en su más grande expresión. Fui trabajador  de esta institución por mas de 40 años (desde 1967 hasta 2010), allí nacieron mis hijos y fueron educados en ese ambiente cultural que rodea los espacios de esta institución, su biblioteca “Rómulo Gallegos”, Su sala de exposiciones, su sala de teatro en honor a ese teatrero como lo fue Reinaldo Martínez, su sala de títeres “Carlos Revete”, sus pasillos con grandes jardines, su personal docente calificado, en fin, pudimos compartir con padres de la zona (Campo Lindo, San Pablo, La Goajira, Durigua, Baraure, Limoncito, La Romana, La Canal, Algarrobo, Villa Pastora, El Paraguay  y todo Acarigua Araure), todos familias modestas que queríamos una educación de calidad para nuestros hijos, sin pensar nunca que las instituciones culturales  estaban secuestradas por "una rancia oligarquía". Los fines semana, cuentacuentos, teatro de calle, títeres, payasos, danzas, zancos, exposiciones, todas estas actividades realizadas por el personal adscrito.
Hoy, esta institución no tiene personal docente, no hay obreros, no se sabe quien ejerce la función gerencial, en fin no se ve ningún tipo de jerarquía. No hay en toda Acarigua Araure mejor lugar para la cultura que la Casa de la Cultura “Carlos Gauna”, Hoy veo con estupor como una vez más el gobierno atenta contra el pueblo, todo contra él, nada a favor de él. Cree que las instituciones culturales son patrimonio de su partido político. La mediocridad se apodera de Venezuela, este pobre pueblo se hunde cada vez más en los delirios de los que acompañan al gobernante. En un país de ilusos y corruptelas hay que esperar que el desastre llegue a su límite para que la propia hambruna y desesperación haga que finalmente nazca alguna reflexión, esa es la única esperanza de un país como el nuestro.
La estúpida filosofía de este gobierno ya fue aplicada hace muchísimas décadas en el mundo y en todas partes fracaso, esto no es nada nuevo, lastima que algunos pocos crean que en esto hay innovación. Todo mecanismo es para consolidar un poder personal no para el beneficio del pueblo.
En Venezuela el estado es el gran igualador en la filosofía del incidente, el credo de la ignorancia y el evangelio de la envidia donde lo imperante es el reparto equitativo de la miseria. Cuando el esfuerzo es grande, la recompensa es grande si nos eliminan la posibilidad que existan recompensas nadie se esforzara. Decidamos o nos espera un futuro hecho por ilusos, forjado por zánganos fracasados y frustrados. La Creación cultural es libre, la cultura, el deporte y la educación no tienen color político.

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